Es fácil imaginar a Simeone, fina aleación de Bilardo y Luis Aragonés, en las horas previas al partido: su mirada, los paseos nerviosos alrededor del hotel, los ánimos personalizados al encuentro nada fortuito con cada jugador, no importa dónde, en el hall, en el ascensor o en un pasillo: “Antuán, vos te lo comés, ese Alaba es un queso”; “Saulito, aprovechá, porque esos pibes se piensan que eres Beckenbauer, no les quités la razón”; “Godín, tú ya lo sabés, al polaquito ni las buenas tardes”.

Parecido será lo del Mono Burgos, aunque de menos palabras y más cachetadas: en el pecho, en la espalda, en el hombro o, llegado el caso, en los genitales, para recordar a los muchachos que los tienen y habrá enemigos que se los querrán tocar esta noche. Y no se quedará atrás el Profe Ortega, corrigiendo a cada futbolista la postura al caminar o al comer, sugiriendo estiramientos, recomendando siestas, ahorren energía, ustedes corren más, han trabajado mejor y los tienen más grandes (los tendones, se entiende).

La charla final los congregará a todos en una sala de reuniones, con el Cholo de conferenciante, los gestos más altos que la voz: “Yo les invito a que salgan y los miren. A los alemanes, digo. Están cagados. Miren al recepcionista, al chico de las maletas o al camarero que les ha servido el arroz. Les sonríen porque están cagados y tienen bronca. No se explican cómo les podemos sacar ventaja si sólo tenemos dos rubios y son de peluquería…”.

“Dicen que nos hacemos futbolistas para jugar estos partidos, pero yo digo que la concha de su madre: nos hacemos futbolistas para ganarlos… Ellos juegan en casa y empujarán. Nada nuevo. Ustedes saben lo que tienen hacer y saben que funciona. Y no se olviden de la gente que está ahí fuera, de los nuestros. Ellos tiene una venganza pendiente y nos han pasado el encargo… Adelante, pibes y cómanse el mundo”.

Así lo imagino yo, llegados estos partidos a vida o muerte. Un discurso conmovedor, una arenga como la de Pacino en Un día cualquiera, un torrente de emociones, una actuación en carne viva. Eso imagino yo, pero podría estar equivocado. Del Bosque, antes de la final del Mundial, sólo quiso recalcar a sus jugadores (y cito de memoria) que no defendían el honor de un país, que simplemente eran futbolistas y que tuvieran presente que había muchos niños mirando. Más palmadas que frases. Quizá las cosas sean de ese modo. Los protagonistas siempre repiten que en partidos semejantes no hace falta decir nada. Cada uno es como es. Yo, si estuviera por allí, me limitaría a decirlo a todo.

4 comentarios en «Periscope (fabulado) de Simeone antes de la batalla»
  1. Que discursazo el de Any Given Sunday. Deporte en equipo en su maxima esencia. Estoy super motivado y eso que estoy anclado al sofa con el peroné roto. Solo escucharlo…
    Enhorabuena al Atleti.

  2. Toc toc…me sigue pareciendo que su actitud es impropia del entrenador de un grande. Ayer Molina, al ser preguntado acerca de las críticas recibidas por el juego del equipo, respondía que «cada uno jugaba con las armas que tenía y con el presupuesto que tocaba» y me pregunto si habrá visto jugar al Rayo o a La Palmas, que por cierto, le remontó un 0-1 al Atlético, en un esperpéntico partido en el que la «táctica» era lanzar a Vietto en solitario recorriendo 70 metros,pero además veo ayer la bronca de Simeone con el otro banquillo, el meneo que le pegó al cuarto árbitro, el desplazamiento del balón en un saque de banda del Bayern y no lo entiendo. Por cosas así crucificaron, con toda la razón del mundo, a Mou, pero estos gestos y esta infame visión del fútbol, ahora se llama «Filosfía del Atlético ó «Cholismo en estado puro». En fin, que no ofenden ni las palabras ni los hechos sino quien los dice o hace.

  3. Juanma, te faltan alguna clases particular de «argentino». Ejemplo:
    Donde dice:
    “Antuán, vos te lo comés, ese Alaba es un queso”;
    “Saulito, aprovechá, porque esos pibes se piensan que eres Beckenbauer, no les quités la razón”;
    “Godín, tú ya lo sabés, al polaquito ni las buenas tardes”

    Deberia decir:
    “Antuán, vos te lo comés al negro, Alaba es un salame”;
    “Saulito, aprovechá, porque estos pibes se piensan que sos Beckenbauer, y es la posta”;
    “Yorugua, vos ya sabés, al ruso ni buen día”

    Parece lo mismo… pero no…

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