Debe ser imposible abstraerse de lo que sucede fuera cuando lo de fuera importa. Doy por hecho que los jugadores del Real Madrid escucharon voces durante su partido, voces que se sumaron a las que escuchaba el Valencia y, por supuesto, a las que escuchaba el público. Voces inconexas, en su mayor parte, como las que emite un dial enloquecido. Unas voces hablaban de lo que pasaba en el Camp Nou y otras de los problemas del Atlético, sin que faltaran las que daban noticia del pánico en Getafe o San Sebastián, incluso de la retirada de Valerón; en los corazones grandes caben muchos amores.

Antes se llamaba tarde de transistores y nos entendíamos todos. Ahora son tardes de auriculares o de vibraciones íntimas, depende de dónde se guarde usted el móvil. En esas condiciones se hacía difícil jugar al fútbol y hay que felicitar a los que lo consiguieron. Si Cristiano volvió a brillar en una tarde tan peculiar es porque él está habituado a las voces interiores, esas que le piden más y más, las mismas que le informan de los goles de Luis Suárez, probablemente con una electrocución íntima.

Prueben a calcular los intereses de su hipoteca mientras juegan al fútbol y entenderán lo que expongo. Se hace difícil. Igual de complicado es jugar en el Bernabéu con la cabeza en más lugares que un Zara (Barcelona, Valencia, Milán…) o presentarse de visitante sabiendo que el relajo natural será tan criticado como el ardor guerrero.

Con el ánimo tan alterado, la tarde sólo nos podía ofrecer un partido descompuesto, mecido durante muchos minutos por lo previsible (buen Madrid, estupendo Parejo, mal árbitro) y agitado durante otros por la amenaza de la tragedia; un gol del Valencia en los últimos minutos hubiera hecho campeón al Barcelona.

Finalmente, no se consumó el drama, para mayor alivio de Arbeloa, que se despedía de su estadio y de sus fieles espartanos. El Real Madrid traslada la pelea con el Barça hasta el último asalto del campeonato y es todo lo que se le podía pedir a jugadores y entrenador. Para completar la otra mitad del milagro sólo falta convencer al Granada. Desde ya.

3 comentarios en «El Real Madrid resistirá hasta el final (como suele)»
  1. De vergüenza la alineación que ha presentado hoy el Sevilla. Había jugadores que era la primera vez que los escuchaba y el que ha metido el gol no está ni en el Comunio.

  2. Pues hoy estoy con Piqué, lo que ha hecho el Madrid es bestial.

    Desahuciados, desmoralizados, hechos mixtos en noviembre, y hemos resurgido como esos recién divorciados que, después de muchos años, no se han olvidado de como se mira a un nuevo amor a los ojos.

    Sí, estoy orgulloso de ser madridista, aunque no ganemos nada este año o ganándolo, porque lo que siempre ha caracterizado a mi equipo es el no tirar la toalla ni en un concurso de lanzamiento de toallas. Y ahora que pase lo que tenga que pasar el sábado que viene.

    Zidane, criticado por todos aquellos que siempre criticarán a quien esté, se merece el reconocimiento de nuestra afición. Vale, tenemos claro que es casi un neonato de los banquillos y que cambia peor que un Gordini (simpática reseña sólo para los más viejunos del blog), pero a ver si le vamos a pedir también que su libreta tenga las mismas hojas que las de Lippi, Benhaakeer o Bielsa. De momento se las sigue estudiando, pero hay que reconocer que tiene las tres cualidades que hacen falta para triunfar en los grandes: carisma, credibilidad con los suyos y una templanza que para sí quisieran muchos toreros. Unan a esto un poco de culo, que tampoco viene mal a estas alturas, y alabemos a Zizou, que seguro que es mejor para los nuestros que cualquiera que pudiese venir.

    Ahh, y que me llamen loco, que todo esto a mi me huele a Tenerife, pero con diferente resultado. Depor y Granada van a tener maletines offshore de los que quitan el sentío, pero la persecución implacable del Madrid creo que va a poner muy nerviosos a los jugadores culés. Si son capaces de ganar al Granada, desde aquí mis enhorabuenas, pero apuesto a que no lo consiguen. No sé si es porque pesa el deseo sobre la reflexión, pero me da que Granada les explota en las manos.

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