La pasada semana, después de la eliminación del Bayern ante el Atlético, Santiago Segurola publicó en Marca un interesante artículo que titulaba: “Guardiola y las antípodas del fracaso”. El título ya resulta bastante descriptivo y la argumentación, del máximo interés (quiero insistir), sigue la misma línea, impecable en el desarrollo y discutible en el juicio final. Como mi osadía sólo es comparable a mi ignorancia, me permití el lujo de disentir y así lo hice público en Twitter, por hablar de algo. Ni qué decir tiene que me encontré con adhesiones inquebrantables y con críticas clorhídricas, casi en la misma medida. También hubo quien me pidió (uno, creo) un razonamiento más extenso que la simple disensión y aquí voy a exponerlo.

Empezaré por lo obvio: Guardiola no es un fracasado. Para comprenderlo mejor acudiremos a la archiconocida anécdota que se atribuye a Camilo José Cela cuando fue reprendido por quedarse dormido en el Senado:

–“¡Señor Cela, está usted dormido!”.

–“No señor, no estoy dormido, estoy durmiendo”.

–“¿Acaso no es lo mismo?

–“Por supuesto que no, porque tampoco es lo mismo estar jodido que estar jodiendo”.

Aclarada la sutil diferencia, podemos afirmar que Guardiola, sin ser nunca un fracasado (líbrenos el cielo), ha venido fracasando en la Champions desde que entrena al Bayern, si por fracaso entendemos, y así lo sugiere el diccionario, el proyecto que se frustra o malogra.

Llegados a este punto, imagino a los guardiolistas con las manos en la cabeza (o en el bazooka): “¡Será cavernícola!” “¡Cómo puede decir que ha fracasado quien ha ganado tres Bundesligas consecutivas!”. Pues se puede decir y no pasa nada, o no debería pasar. Estaremos de acuerdo en que Pep no fue fichado para sumar títulos nacionales y convendremos en que esa tarea le ha sido facilitada en los últimos años con el expolio del Dortmund (Gotze, Lewandowski…).

Hacemos trampas si aceptamos el éxito hasta el punto de sacralizarlo y negamos el fracaso como si fuera la peste. Guardiola es un entrenador magnífico y eso es tan cierto como que resulta algo menos magnífico sin Messi en su equipo. A Luis Enrique le pasará igual.

Desmarcarse del fracaso es negar una de la dos certezas que ofrece el deporte y, en última instancia, es restar importancia a la victoria, llenar de cojines la subida al Everest.

6 comentarios en «Guardiola, éxito o fracaso»
  1. Si a los entrenadores se les juzgase por los resultados, Heynkess seguiría siendo el entrenador del Bayern. A Pep no le ficharon para ganar nada, los de Munich ya estaban acostumbrados a eso.

    El fracaso, que lo es en toda regla, de Guardiola es que ha sido incapaz de exportar el modelo del Barça al club alemán, que es para lo que se le contrató, y aquí si que podemos buscar la que más nos guste a cada uno en el cuaderno de excusas, si es que se trata de disculpar al de Santpedor.

    Desde que es que a los alemanes les gusta el fútbol más directo a que Pep no ha contado con una Massía como la blaugrana, pasando porque lo primero para empezar una nueva filosofía es echar a los delegados de clase (cosa que sí hizo con Deco, Ronaldinho y más tarde Etoo, en el Barça). Pero ya digo que todo eso no serían más que excusas.

    Pep hizo lo que hizo en Barcelona porque tuvo la inmensa suerte de contar con una quinta irrepetible y con el mejor jugador de los últimos 25 años (Maradona se retiró antes), todo lo demás, siendo Guardiola un gran entrenador, no es más que una exageración de su pizarra. Cuando los alemanes se dieron cuenta de que esto era así, Pep se dejó una tonelada de púrpura. Y se fue con la música (en su caso de arpa) a otra parte.

  2. Yo creo que la trayectoria se resume en 2 palabras; Expectativas Incumplidas.

    Fracaso? Fracaso es una palabra muy dura cuando el equipo ha ganado 3 ligas con comodidad. Sin embargo aun no ha ganado la Copa alemana (quizá sea esta temporada) y ya sabemos que no va a ganar la Copa de Europa en Munich. Es decir, ha ganado el torneo de la regularidad con la plantilla mas fuerte de Alemania.

    Tampoco creo que Pep haya creado escuela ni desde luego ha cambiado las estructuras del Club ni el estilo de juego.

    No es todo cosa de Pep. Creo que desde el Bayern no terminaron de creer en el tiki-taka, un estilo rival, holandes, del Ajax. A Pep, con «topor» o sin el, ni Beckenbauer, ni Sammer ni varios pesos pesados del Bayern hicieron nada por ayudarle.

    Así que al final las 2 partes se cuestionan si el esfuerzo mereció la pena, y es que ni uno ni otro terminaron de creer en la relación. Hubo buenos momentos (3 ligas) y muchos desencuentros, unas veces mejor disimulados que otras.

  3. Este debate sólo tiene sentido desde esa extraña virtud que tenemos los españoles de defender lo indefendible de los que nos caen bien y denostar despiadadamente todo lo bueno que puedan hacer los que nos caen mal.

    Que Guardiola no ha cumplido con las expectativas creadas es algo indiscutible. Después podemos ponerle el calificativo que más se adapte a nuestras filias/fobias. Podemos considerarlo un fracaso horroroso o decir que los alemanes no lo entienden. Pero que esto no es lo que esperaban ni Rummennige, ni la plantilla ni por supuesto la afición no hay Segurola que lo pueda negar.

    La Bundesliga la ganaría el Bayern entrenados por Belén Esteban y Kiko Matamoros. En realidad la ganarían con una muñeca hinchable en el banquillo. De hecho, no hay que ser adivino para saber que Ancelotti la ganará el año que viene. Por si había alguna duda, ya le han fichado a Hummels al Borussia…

    En Europa lo han eliminado tres veces, dos de ellas con baño incluido. En las copas variadas se ha llevado varios revolcones, y además ha protagonizado roces y enfrentamientos con directiva, jugadores, cuerpo médico, prensa, fisioterapeutas, etc, etc. Si llega a ser otro el que lo hace, lo que se habría leído.

    En fin, que a lo mejor no ha sido un fracaso y la culpa ha sido del césped alto. Pero lo que es seguro es que ahora mismo hay muchos en Múnich entonando la versión germana (si la hay) del refrán castellano que dice que «Para este viaje sobraban alforjas»

  4. Habéis dicho cosas muy interesantes. Yo creo que el «fracaso» de Guardiola va más allá de haber sido incapaz de exportar un proyecto; se trata de que, después del Barcelona, cualquier cosa que hiciera iba a ser una decepción. Creo que a Guardiola le pesará toda su carrera el haber sido artífice de un equipo tan singularmente brillante.
    Analizándolo más a fondo, sí, indudablemente hubo un problema de comunicación entre el club y el entrenador. No compartían el mismo proyecto, y en ese sentido intuyo que Ancelotti, más versátil, caerá mejor. Por otra parte, le noté más crispado, más colérico, que en su anterior etapa. Quizás porque no conectó igual con sus jugadores. Me decepcionó que cogiera al Manchester City, emblema del fútbol dopado, antes que a otros con aspiraciones más «románticas» (es cierto que el Liverpool ya estaba cogido). Nos espera un verano movido en Inglaterra, sin duda.
    Por último, respecto al debate del fracaso y fracasado, creo que el éxito está o sobrevalorado o muy mal definido. Para mí el éxito es el triunfo de la idea, la instauración de una filosofía que atraiga a la masa social del club y enriquezca al deporte. Se suele tener al Loco Bielsa por un excéntrico sobrevalorado porque se le mide en función de sus triunfos. Algo parecido sucede con Jémez, a quien se acusa de ser temerario. Pero yo creo que es esa valentía la que caracteriza a los grandes, ganen o no. En la Historia abundan los ejemplos: ¿quién recuerda a la Italia del 82′? ¿Y a Brasil? ¿Qué equipo viene a la mente cuando se menciona el Mundial del 74′?
    No se trata tanto de ganar o perder como de creer en algo, de construir algo. Las victorias son maravillosas, y son las que dan un lugar en la posteridad, desde luego, pero yo creo que hay un lugar más bonito que se puede ocupar en la Historia: el de los valientes.

  5. Sr. Corna…..
    P.D.- Juanma, una indiscrección ¿Tú también te vas a Zero Wave (Onda Cero)?
    Muchas gracias y que me encanta vuestro programa. ¿Puedo mandar un saludo?

  6. Lo he dicho siempre: jugar con Messi era jugar con red. Daba igual las piruetas que intentara el trapecista: aunque se cayera, ahí estaba la red para protegerlo y que no se hiciera daño. Qué fácil entonces resultaba innovar, hacer el triple mortal, poner a Alves de centrocampista. ¿Que la idea no resultaba acertada? Ahí estaba Messi con sus dos goles para arreglar el partido.
    Me gusta el fútbol que propone Guardiola (no tanto su forma de ser) pero sus éxitos abrumadores en el Barcelona no le pertenecen a él, no fue su principal artífice. Jugar con Messi era como que te toque el joker en cada mano: así es casi imposible perder la partida.

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