Johnny Metgod o los tiempos en los que estaba todo claro.
Johnny Metgod (primero por la izquierda, de pie) o los tiempos en los que estaba todo claro.

Cada vez que alguien me pregunta en las redes sociales de qué equipo soy intento escurrir el bulto. Agradezco el interés, pero no lo considero un asunto relevante. Si lo dijera, y peor aún si lo pregonara, condicionaría la visión de quienes leen lo que escribo y sospecho que ya no me libraría de su prejuicio. Todo va razonablemente bien mientras haya lectores que duden de mi filiación y no falten los que me acusen de ser lo que nunca he sido.

Esta primera reflexión se conecta con otra que me tiene medio inquieto desde la final de la Champions. Aunque para proseguir la explicación debo descubrirme y admitir que soy madridista. Lo soy del mismo modo que me considero católico, sin poder de elección y con sentido crítico, pero sin pretensión de borrarme.

Mis antecedentes me acreditan. Posé con el uniforme a los cinco años (guardo la foto) y me hice socio a los catorce. No me perdí un partido en las temporadas siguientes y tengo a gala que una vez me saludó desde el campo Johnny Metgod (yo sólo tuve que aullar desde la grada). Fui fiel hasta que la adolescencia me hizo matizar la definición de fidelidad. Perdí el carnet (por prestarlo) y me quedé sin ver la final de la UEFA de 1986 (partido de vuelta) por una cita galante; no teman, aquella noche ganamos los títulos en juego.

Si cuento esto, y si lo cuento ahora, es para añadir a continuación que me apenó la derrota del Atlético en Milán y ese fue para mí el sentimiento predominante en las horas siguientes. Haré otro inciso. Entre la variada fauna de los periodistas deportivos, hay algunos (pocos) que nos distanciamos de nuestras pasiones deportivas, seguramente porque los ídolos dejan de serlo cuando se les observa de cerca, o tal vez porque el fútbol es un placer que en los últimos años me ha pillado trabajando. El cronista es el discjockey de los guateques antiguos: pone música mientras los demás bailan.

Doy por seguro que me he desviado del camino convencional del hincha, pero creo que también se ha desviado el Real Madrid, aunque esa cuestión merece otro artículo. El caso es que asistí al partido (mi primera final en el circuito independiente) con un cuerpo raro, incapaz de entusiasmarme y molesto por ello. Por primera vez en mi vida, los penaltis me parecieron una solución fallida.

En fin, que estoy preocupado. Tal vez tenga demasiados amigos del Atlético y probablemente, a partir de este momento, me quede sin ninguno. Los atléticos más suspicaces ya habrán visto en mí al peor de sus enemigos. Sólo hay una cosa que pueda ponernos tan alerta como el odio ajeno y es la piedad del contario, la compasión o la indulgencia. Y algo hay de cierto. Por más que lo intente no siento hacia el Atlético ninguna animadversión.

Es muy probable que mis amigos madridistas también se alejen y doy por hecho que los que no son amigos se alejarán por completo. Confío en que sus reproches y las dudas de quienes nunca leerán esto me hagan ver, pasada esta semana, que todo marcha razonablemente bien.

9 comentarios en «Juanfran no es el único que sufre (reflexiones post-Champions)»
  1. Muy bien plasmado. Los comentarios más humillantes que hemos oído los atléticos han sido las (¿falsas?) condolencias de los merengues. «Yo prefería que la hubierais ganado». Pues yo prefería haberos metido cinco y reírme en vuestra cara, qué quieres. No queremos vuestra compasión, sino vuestra envidia. Guardaros los pésames, gracias pero no sirven.

  2. Juanma, cada vez me recuerdas más (para bien, ojo) a la protagonista de Mom. Ella dejó el alcoholismo y las drogas y vive una nueva vida en sus reuniones de AA y con su familia y amigos. Tú también te estás desenganchando de una vida que intuyo tampoco te hacía tan feliz como quisieras. Y aquí estás, «Hola soy Juanma y soy periodista deportivo…»

    P.D. Yo, madridista malpensado, atrabiliario y rencoroso, no lo siento en absoluto por el Atlético de Madrid ni por sus seguidores. Pero aprecio la bonhomía de los madridistas que sí lo hacéis…

  3. Madre mía Juanma, que cacao tienes en la cabeza ahora mismo…Te sientes culpable del pecado original, de haber sido madridista, de ya no serlo tanto. Recuerda que el fútbol es uno de los últimos hilos que nos vinculan con la infancia.Para mí ese es casi su único sentido, de hecho.Vuelve a disfrutarlo, simplemente, como un juego en el que, afortunadamente, casi siempre ganan los buenos. O sea, nosotros.

  4. Yo creo que te confundes. Creo que se ha extendido esa idea de que el verdadero aficionado es aquél que es visceral, conflictivo, entregado y apasionado hasta el punto de borrar cualquier sentido crítico cuando piensa o habla de fútbol. El verdadero aficionado es el que «defiende a su equipo» por encima de todo, haga lo que haga, sea quien sea el que lo represente.

    Yo me sentí feliz por la undécima, pero no orgulloso. No fue una victoria que me llenara de satisfacción, no sentí que se había cumplido algo grande; básicamente me gustó ver a los jugadores que mejor me caían levantar el trofeo: los Marcelo, Keylor, Modric, Lucas Vázquez, Casemiro…y a Zidane, por supuesto. A aquellos que llegan sin hacer ruido o de los que no se espera nada, y al final son indispensables. Ésa es mi forma de ver el Madrid, la del equipo que premia la audacia, la determinación y el talento desacomplejado. Me disgusta el espíritu de este equipo, tan consciente de su altura. Pero eso, bajo mi punto de vista, no me hace menos madridista que el que ve el escudo del Real Madrid como el símbolo más importante de su vida.

    Respecto al Atlético, es lógico que su trayectoria y conmueve, y que posee una cualidad que siempre marca: cree en algo. Tiene una filosofía marcada, un estilo; cualquiera reconoce las premisas atléticas hoy en día. Sospecho (y corrígeme si me equivoco) que eso es lo que a veces echas en falta en el Madrid de estos años. Si es así, ya seríamos dos.

  5. Es curioso, pero a mi me ha pasado lo contrario. La Final me ha acercado más (me ha re-acercado) a mi madridismo de antes.
    El Madrid no tiene estilo definido? Vale. Pero tiene filosofía: «La Pegada», y eso le da para competiciones cortas.
    Y no, no me apeno nada la derrota del Atlético. Nada. Pero tampoco me hubiera dolido más si la hubieran ganado ellos en vez de otros. Para mi, el Atleti es un equipo más -un equipo muy duro de ganar-, del que son seguidores algunos de mis amigos…

    Sin más..

    1. Creo que la pegada es más una característica que una filosofía. El Madrid sabe competir, es algo que reconocen hasta los grandes rivales. Cuando hablo de filosofía, me refiero a una manera de hacer las cosas, a cierto romanticismo a la hora de hacer un equipo…para el Madrid el éxito no debe ser ganar una Champions, sino ganarla como es, con su carácter, con los jugadores que definen al club. Yo a veces pienso que si Lucas demostró tanto talento de repente, ¿qué habría pasado si hubiéramos apostado por Callejón, Mata, Borja Valero, Soldado o Negredo? Sí, han perdido su nivel y parece que no son para tanto, pero, ¿qué nos asegura que Pedro habría sido tan decisivo si no se hubiera apostado por él en el Barça? ¿O Busquets? ¿Si Xavi se hubiese ido al Milan con veintiún años? ¿Acaso Lucas Vázquez y Callejón no ficharon del Espanyol como tapadísimos?

      Es obvio que hacen falta grandes cracks para ganar las competiciones importantes. Pero tener un bloque sólido, en el que se reconozca la esencia del equipo, es el primer requisito indispensable para que las victorias sean una constante a lo largo de los años. Y así, además, no sólo se gana; se hace de la victoria algo especial.

  6. Yo tambien he pasado varias fases con el madrid…la crisis de los 20 cuando ves que hay mas mundo que futbol, la de los 30 cuando piensas en hacer planes juntos, y los 40 cuando dices, coño, pero es realmente lo que quiero del futbol? Y el club (F.P.) no ayuda nada la verdad…

  7. Hola, Juanma. Hacía mucho que no sabía de ti y me alegra haberte encontrado de nuevo. Soy del Madrid y jamás te tendré animadversión, aunque yo no pueda evitar sentirla por el Atleti. No me considero el madridista típico, que berrea en el campo, silba a sus jugadores y es resultadista, pidiendo a sus jugadores que corran y solo piensen en esa faceta cavernícola (casi salvaje). Los odio, de hecho, a casi todos los habituales del Barnebéu, porque me gusta pensar, sentir y, más tarde, hablar. No obstante, ayer escribí un artículo en Neupic (no sé si lo conoces) con el que me llovieron palos por pecar de fanatismo. En mi artículo, que te invito a leer (https://neupic.com/articles/queridos-atleticos), me quejo del fanatismo atlético que se empecina en dudar de la fidelidad del madridista solo por ser atléticos y por odiarnos. También hago un análisis reflejando ocasiones y hablando del cholismo, el cual respeto pero no comparto. Gracias por seguir escribiendo tan bellamente y, no, la fauna periodística de deporte no te tiene entre sus filas. Me alegra decir que tus crónicas son las mejores que he leído y que, de alguna forma, me han animado a escribir sobre todas las cosas de la vida de una forma diferente, irónica, divertida y muy personal. Gracias.

    Mi twitter es @inglor8, por si te apetece decirme algo sobre mi artículo y mi reflexión, aunque lo dudo! Un abrazo.

  8. Pues yo si estoy de acuerdo contigo Juanma.Por más feliz que estaba tras el penalty de Cristiano no podía parar de pensar en la cara de Juanfran tras fallar el suyo.
    No siento en absoluto simpatía por el Atleti pero si siento mucha admiración por los equipos que logran superar obstáculos imposibles a base de trabajo y en eso el Atleti en general y Juanfran (de extremo madridista de medio pelo a lateral top) son ejemplos.
    Me pasó en su momento con el Valencia,este año con el Leicester e incluso con la primera España de Aragonés.

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