Siempre escampa. Incluso en Normandía.
Siempre escampa. Incluso en Normandía.

 

Segunda caída en dos días, en los dos primeros, y 48 segundos de retraso en la cuesta de un garaje. Así expuesto no resulta muy alentador. A la pérdida de tiempo habrá que añadir además la pérdida de confianza, el desánimo que consolida la nube negra. Alberto Contador necesita dos etapas plácidas y soleadas antes de que la carrera se vuelva a agitar el miércoles. Las debe emplear para compararse, en primer lugar, con Richie Porte, que perdió 1:45 por culpa de un pinchazo. Tampoco le vendría mal observar a los 195 ciclistas que nunca han ganado el Tour. O pensar en los que ni siquiera tienen el consuelo de estar en Francia. O recordar el prólogo de Perico. La suerte es algo muy relativo.

Entregar 48 segundos no es relevante cuando todavía faltan 19 etapas, a no ser que provoque un daño irreparable en la moral del ciclista. Ese es el verdadero peligro. Si Contador toma perspectiva entenderá que para ganar el Tour sigue necesitando una acción valerosa (probablemente suicida) que trascienda el miserable cálculo de 48 segundos.

No nos engañemos y que no se engañe él. Nunca saldría vencedor de un combate directo con Froome y Nairo. Su única opción es el contragolpe, beneficiarse del marcaje entre ambos, y para explotar esa posibilidad no es mala cosa haber perdido 48 segundos y entablar amistad sincera con Richie Porte.

No estoy vendiendo falso optimismo. Me impongo paciencia para descubrir si nos han lanzado un rayo o un cable. Todavía no es posible saberlo. Confío en que Contador también dude y espero que después de las dudas, y restablecido el ánimo, finja unos achaques que no tiene. Así debería llegar a Andorra (próximo sábado), donde yo, desde la cuneta, le daré el resto de instrucciones. A saber: “¡¡Hala, hala, hala, hala, hala!!”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *