No lo creerán, los forasteros pensarán que invento, pero hubo un tiempo en que la Vuelta a España no podía pisar el País Vasco, ni siquiera aproximarse con tranquilidad. Que le pregunten a los ciclistas que disputaron la edición de 1990 (la de Giovannetti), sacudida por el estallido de dos bombas colocadas por ETA en el recorrido de la etapa entre Logroño y Pamplona. Durante 33 años los trazados de la carrera esquivaron Euskadi sin que nadie se echara las manos a la cabeza, o se manifestara clamando sensatez. Y así sucedió hasta 2011, cuando la Vuelta regresó y se encontró las carreteras repletas de aficionados, juraría que celebramos poco aquella tarde.
Cinco años después ya no era noticia el regreso a Bilbao, ni la fiesta, ni las cunetas atestadas, tampoco lo espectacular del perfil. Sin embargo, conviene detenerse y hacer memoria, porque un lustro no es un siglo, aunque pueda dar la impresión de que hemos avanzado cien años.
#LV2015: @jenskeukeleire thanks the team for the opportunity to take his first Grand Tour win 🍷🍷#OBErocks pic.twitter.com/PpzYOTvzs5
— ORICA-BikeExchange (@ORICA_BE) September 1, 2016
Por lo demás toca señalar que ganó Keukeleire, que es lo más vasco que se puede encontrar entre los apellidos belgas. Venció al sprint, y casi fue el sprint lo más apacible de la jornada. Sky castigó los riñones del Movistar colocando a dos corredores en la escapada (Kennaugh y David López), lo que obligó al equipo del líder a un desgaste imprevisto.
Ya no hay dudas de que Froome ha decidido librar una guerra por tierra, mar y aire. No cejará hasta ganar la Vuelta. Lo mismo que Luis León no encontrará la paz hasta hacerse con la etapa que se le resiste. Observen. Escribí “guerra” y “paz” como palabras inocuas en un párrafo inocuo. Quizá sí hayamos avanzado cien años.
Resumen 🎥 de la victoria al sprint de @jenskeukeleire tras una etapa muy dura con cuatro ascensiones. #LV2016 pic.twitter.com/OAWEvHgwt2
— Vuelta a España (@lavuelta) September 1, 2016