El Real Madrid, en busca de Emma Stone.
El Real Madrid, en busca de Emma Stone.

 

De una crisis inventada puede surgir una depresión cierta. Entiéndase como depresión un estado de afligimiento y desgana. De repente, la suerte te deja como te dejan las novias que se hacen estrellas de cine. Entonces, y como sucede con todos los abandonos, lo que se impone es rebozarse en la melancolía del pijama a todas horas y de lo felices que fuimos. Para recuperar el ánimo ayuda mucho tener un club de jazz, pero también se puede remontar sin piano.

En ese trance anda el Real Madrid. Añorando la racha y la invencibilidad. Suspirando por el tiempo de los récords, por lo fácil que parecía. A ratos se acuerda de jugar y a ratos se hurga en la costra. Justo a la nostalgia hay un deseo de revancha que precipita los movimientos y vuelve a deprimir, vean Cristiano. Algunos son inmunes, los menos. Sergio Ramos le escupió el primer gol a todos los que dudan, critican o sonríen de medio lado. Había mucha verdad en la cantinela infantil: por mí, por todos mis compañeros y por mí el primero. En el segundo, más comedido, Sergio nos guió por el mapa que lleva impreso en la piel policroma y en la camiseta climalite.

Diremos, en resumidas cuentas, que los equipos que descienden no juegan como el Málaga y los que ganan Ligas sí pueden hacerlo como el Real Madrid. Pocas veces sufrió tanto el Bernabéu en un intercambio de golpes. Durante muchos minutos asistimos a un duelo de porteros que Kameni tuvo la tentación de acaparar. Tanto interés demostró en detener balones como en meterlos dentro de su portería. Lo cierto es que la lucha que se libró en su cabeza entre las fuerzas del bien y del mal estuvo muy por encima del partido.  

Para su fortuna, Keylor vive en armonía tierra-cielo. Sus únicos enemigos son todos los madridistas con déficit de atención y memoria que apuntan, cuando se puede, a los eslabones más débiles del equipo. También se empiezan a escuchar reproches contra Casemiro, fíjense ustedes. Con Cristiano es diferente. No hay quien lance la piedra, aunque se agite amenazante y se convoque a la lapidación. Hasta el más tonto sabe que, al contacto con el aire, la piedra se convertirá en boomerang.

Un comentario en «Calle Melancolía»
  1. Juanma, a mí Keylor no me parece un portero del nivel del Real Madrid, lo pensé cuando lo ficharon y cuando jugó los primeros partidos… tras una magnífica temporada pensé que me había equivocado.

    No me faya la memoria, pues reconozco un temporadón el pasado año con paradas milagrosas, tampoco quiero pensar que me falle la atención al fijarme (desde antes que se hablara de ello) de deficiencias en su colocación, blocaje de balón y salidas por alto. Al haber sido portero, me fijo más en estas cosas.

    Creo que Keylor es un buen portero, pero un Madrid necesita tener a un guardamente que esté entre los 5 mejores del mundo y Keylor no lo está.

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