Vigo: vientos moderados con tendencia a amainar.
Vigo: vientos moderados con tendencia a amainar.

 

El grito se escuchó en varias ocasiones y no fue para cantar gol: “¡Alá vai!”. Del minuto cinco al noventa se repitió ante cada incidente y con pequeñas variaciones: “¡Alá vai o carallo!” y “¡Alá vai o gaiteiro!”. Sucedía cada vez que de la cubierta de la grada de Río Alto se desprendía un panel, y se desprendieron siete en dirección al campo y otros seis volaron en dirección hacia Vigo y la Ría del mismo nombre. Por fortuna, ninguna placa impactó contra espectadores, paseantes o percebeiros y la que parecía dispuesta a degollar a Cristiano Ronaldo fue atrapada por Benzema con agilidad felina; la suerte de tener un gato en el equipo.

Salvo estos pequeños incidentes, el partido se desarrolló con absoluta normalidad, lo que demuestra que eran infundadas las alarmas. Diríamos, incluso, que el vuelo de las planchas de uralita sobre el cielo de Balaídos le proporcionó al encuentro un aliciente añadido, casi futurista, muy recomendable para animar encuentros que resultarían insulsos con solo un balón.

Acuciados por su propia supervivencia, fueron muchos los espectadores que se aplicaron a la ingesta generosa de licor café y cruzaron apuestas sobre si Guidetti sería capaz de cabecear una uralita, a lo que el sueco respondió con voluntad pero sin acierto.

Sobre el campo, poco que reseñar. El Real Madrid dominó en la primera parte y el Celta, por ser anfitrión, lo hizo en la segunda, cuando arreciaron las planchas. No hubo goles (los jugadores estaban extrañamente distraídos), pero el público celebró con aturuxos que un despeje de Cabral se colara por uno de los agujeros de la cubierta y descendiera por otro.

En definitiva, un hermoso espectáculo. A cambio de un riesgo mínimo, ha prevalecido la lógica de preservar el calendario y salvar el campeonato de cualquier asomo de adulteración.

3 comentarios en «Celta-Real Madrid: lo que pudo haber sido»
  1. Me he reído mucho. Muy bueno!! XD

    Dicho eso… el Madrid no pretendía que se jugara si las condiciones eran tan adversas. Se propuso clausurar esa grada, o jugar en otro estadio.

    Me parece increíble que se suspenda un partido con tanta antelación cuando existen otras vías para poder jugar. ¿Qué el estadio no era seguro?, probablemente. ¿Qué al Celta le venía genial el aplazamiento?, convencido de ello. ¿Qué el alcalde aprovechó su autoridad para sacar algunos votos celestes?… Ni mucho menos!! yo confío en la honradez y desinterés de los políticos!!

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