El Real Madrid, durante los primeros minutos del partido.
El Real Madrid, durante los primeros minutos del partido.

 

Prescindamos del marcador para concentrarnos en los méritos que no se contabilizan con números. El Real Madrid no sólo se repuso de un gol en contra, una cuchillada que incomoda a la hora de toser y reírse. El Real Madrid se sobrepuso a un rival que fue mejor durante los primeros minutos, y esa comprobación duele más que un cuchillo en los riñones. El Nápoles del inicio superó al campeón en lo que ha sido insuperable durante los últimos siete años: el contragolpe. A partir de esa evidencia, el Real Madrid se vio obligado a alejar el partido de ese terreno que le abrasaba los pies. En cierto modo, fue como domar a un caballo salvaje graduando los objetivos de menor a mayor: no romperse el cuello, no demostrar pánico y, por último, hacer ver a la bestia que tampoco es mala vida la de un rucio doméstico.

Domesticar al Nápoles ha sido mucho más relevante, y creo que perdurable, que marcarle tres goles. En la vuelta, pesará más la superioridad futbolística y espiritual del Real Madrid que el marcador. Persiste el riesgo de coces y caídas, pero la eliminatoria ha señalado a un amo y el amo tiene espuelas.

Un comentario en «El Real Madrid domesticó al Nápoles (breve nota)»

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