Nadal, entre el cielo y la tierra.

Cuidado, no disparen todavía. Si me conceden una última voluntad pasaré a explicarme. Es obvio que si hacemos un simple recuento de títulos de Grand Slam, Federer mantiene sobre Nadal una ventaja incuestionable (18-15) que para muchos señala la distancia tenística entre ambos. Tampoco pienso entrar aquí en consideraciones estéticas (Federer juega y Rafa se retuerce) o fisiológicas (Nadal suda y el otro no transpira).

Lo que pretendo es sacar los números de la foto fija. La primera reflexión es que no valen lo mismo los 18 títulos de Federer que los 15 de Nadal. La razón es sencilla: Rafa comenzó a labrar su palmarés cuando ya era campeón Federer, mientras el suizo cosechó sus primeros triunfos de Grand Slam (a partir de ahora GS) en un periodo entreguerras, el que se abre entre el declive de Agassi-Sampras y la aparición de Nadal-Djokovic. La diferencia es notable porque tanto Nadal como Djokovic (12 GS, no lo olvidemos) compiten de lleno en una época que hace coincidir a los tres tenistas más dominantes de la historia, y espero que esto no me lo discutan. Un apunte: cuando Nadal conquista su primer Roland Garros a los 19 años, después de eliminar a Federer en semifinales, el mejor tenista de la historia (o no) había ganado ya dos Wimbledon (Philippoussis y Roddick), un Abierto de Australia (Safin) y un Open USA (Hewitt). ¿Les molestará si digo que de esa ventaja vive ahora?

El balance de enfrentamientos personales entre Nadal y Federer (23/14) también es un dato demasiado relevante como para pasarlo por alto. ¿Podemos proclamar a Federer como el mejor jugador de la historia y admitir que hubo un rival que le ganó el 62% de los partidos? Resulta extraño, cuando menos. Es por eso que recomiendo no hacer proclamas hasta que no termine el concurso. Especialmente cuando Nadal, cinco años más joven que Federer (36 en agosto), dispone de ese mismo tiempo (teóricamente) para igualar o superar el listón que deje el maestro. Vista la exhibición de Rafa en Roland Garros, es razonable pensar que está en condiciones de ganar los tres GS que le separan de Federer, siempre y cuando después de Wimbledon no le separe alguno más…

Y lo que expongo es igualmente válido para Djokovic, que también volverá de donde se pierden los genios. El jugador que más seriamente ha atacado el récord de Laver (los cuatro grandes en una misma temporada) tiene talento para sumar títulos en lote y adelantar por la derecha a los monstruos en cuestión.

A lo que voy: es prematuro encajar la corona en la cabeza de Federer, tal y como se empeñan algunos. Sin duda es el más dotado y el más elegante, pero la batalla se libra en otros términos y no acabará hasta que el último de los combatientes entregue la raqueta y comience la contabilidad. Y falta bastante para eso, toco madera.

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