Que viene, que viene.

Dense prisa, porque el año que viene correrá Tom Dumoulin. Ese debería ser el consejo para todos los candidatos al Tour que está a punto de comenzar. Caballeros, en la próxima edición todos ustedes bajarán un puesto. La proyección, creo que poco discutible, compromete especialmente a los favoritos de primer rango, Chris Froome y Nairo Quintana. Pero tampoco resulta estimulante para la segunda línea de aspirantes, al podio o a la gloria, de Porte a Contador.

En el caso de Froome, la urgencia viene dada porque él no piensa en el cuarto Tour, sino en el quinto. Me explico. Cumplidos los 32, en su hoja de ruta está ganar dos ediciones en los próximos tres o cuatro años, desafío que se complicará sobremanera cuando Dumoulin entre en escena. De ahí la importancia de asegurar el cuarto frente a rivales conocidos y ya vencidos. Después le quedará confiar en las debilidades estomacales del Delfín Holandés y en la fuerza de la estadística: todos los ciclistas que han ganado cuatro veces el Tour han terminado por ganar el quinto.

Para Nairo también hay algo de ahora o nunca. La ventaja de la juventud (27) dejará de serlo cuando vuelva a encontrarse con Dumoulin (26). Por no hablar de la ansiedad que le puede generar haber ganado mucho, pero no lo esencial, ese Tour al que parecía predestinado desde su debut en la carrera hace ya cuatro años, siete desde que deslumbró en el Porvenir. El niño prodigio ya no será campeón precoz. Ignoro cómo puede pesar eso en su cabeza y en la de quienes le rodean.

Las mínimas opciones de Porte, Contador, Valverde o Bardet serán ínfimas a partir de la temporada que viene. Es en este Tour plagado de trampas y rebajado de llegadas en alto donde pueden encontrar una rendija para la sorpresa. A falta de armamento pesado, para ellos existe una oportunidad real en la guerra de guerrillas, en esas etapas que no podrá controlar ni el Sky (ojo al 14 de julio), estampidas desde el primer kilómetro.

El error es pensar que estamos ante un Tour para atacar, porque es un Tour para huir. Porque Dumoulin corre, aunque no aparezca en la lista de inscritos.

2 comentarios en «El Tour del ausente presente»

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