Relatos de deporte, cine, política y de lo que sea menester

Mes: agosto 2017

Un partido para degustar

Asensio, en un momento del partido contra el Valencia.

El partido del Bernabéu compensa por cien malos partidos. Qué divertido si te abstraes de tus colores. Y qué divertido si no consigues abstraerte. El buen fútbol no es aquel que minimiza los errores defensivos, como todavía predican algunos puristas de triste semblante, sino el que hace prevalecer las maniobras ofensivas. La delicia del fútbol es el intercambio de golpes, la ambición compartida, la ausencia de miedo. De todo hubo. Y por si lo anterior no fuera suficiente, un futbolista sobrevoló la gran noche formando un vendaval de helicóptero: Marco Asensio. Los dos goles que marcó son una anécdota en comparación con su influencia en el juego y su liderazgo sobre el equipo. En un verano ha pasado de promesa a estrella mundial. Es normal que Bale se sienta algo aturdido. Han pasado cuatro años y sigue intentando arrancar su moto.

Silbando al trabajar

Cerezas y tal.

Con intensidad se puede sorprender al Real Madrid. Andone lo demostró al inicio del partido, dos ocasiones. El rumano es un futbolista que conmueve por su hiperactividad. Si fuera soldado tendría el pecho lleno de medallas, condecoraciones por haber tomado una colina protegida por un nido de ametralladoras, cada fin de semana una colina distinta. Hay tipos así: les pides que muerdan y se lo toman al pie de la letra. El problema, siempre existe uno, es que la intensidad es una aceleración que no se sostiene largo rato. El tiempo que al Depor le duró el rugido, el partido tuvo cierta intriga, tampoco excesiva. A los veinte minutos se terminó. La película de suspense dio paso al documental sobre leones.

¿Por qué se dopan los ciclistas?

Henri Pelissier confesó a Albert Londres cómo era el dopaje en los años 20.

 

Los ciclistas se siguen dopando porque no creen que estén haciendo nada malo. Estoy convencido de que por su mente no pasa el hecho de estar jugando sucio, o delinquiendo, o poniendo en riesgo su deporte. Es más, apuesto a que ni siquiera piensan que se estén dopando. Para ellos, doping, esa palabra, es una simpleza, una antigualla a la que recurren los periodistas inquisitoriales, los científicos de bata blanca y los burócratas de la WADA. Los que no saben nada. Los que no se han montado jamás una bicicleta, los que no han mirado su rostro en un espejo y, después de tres semanas, han pasado la mano por el perfil de su calavera.

Supercopa: el equipo real y el miembro fantasma

Así se presiona. Lo demás, viene solo o casi.

El síndrome del miembro fantasma es la percepción de que un miembro amputado todavía forma parte del cuerpo y continúa trabajando a su servicio. Al Barcelona le ocurre lo mismo con Neymar. El equipo lo busca en cada jugada y al no encontrarlo, se deprime. La situación se repite una y otra vez, ilusión y frustración, prácticamente en cada maniobra de ataque. El Barça hace esfuerzos ímprobos por mover el miembro amputado, pero nada se mueve porque nada hay.

Concierto de blues

Barça y Real Madrid (o viceversa), durante un momento del partido.

 

Debes estar viejo, no tiene sentido enfadarse por una cosa así. Qué digo enfadarse, enfurecerse. Al fin y al cabo, los colores se distinguían si fruncías el ceño y prestabas algo de atención. Aunque pertenezcan a la misma familia en grado directo de parentesco, no es lo mismo el azul marino que el azul turquesa, ni siquiera admitiendo que el turquesa puede tornar en azul marinado por causa de la transpiración. Ese minúsculo detalle no justifica los espumarajos ni las imprecaciones. Además, hay que vender camisetas y los chinos se movilizarán en masa para comprar esta equipación (segunda, tercera o cuarta), con la ventaja de que si está agotada la del Real Madrid se llevarán la del Barcelona, tampoco hay que ser escrupuloso. No puedes permitir que una cuestión meramente cromática te arruine un partido que esperabas con ilusión. Es de todo punto absurdo que sólo hicieras un par de anotaciones con la excusa de que las tarjetas amarillas eran lo único que se distinguía.

Postales desde Honolulu

Recuerdos de Honolulu, donde quiera que esté.

El Real Madrid prosigue la luna de miel. Da igual si sus noches son en Cardiff o Skopje. Cualquier lugar parece Honolulu, suponiendo que allí se sirvan los mejores atardeceres y los más sobresalientes cócteles con sombrilla, que está por ver. El Real Madrid es feliz y hay que pensar que algunos madridistas lo desconocen, no hay más que observar cómo se inquietaron por unos partiditos de pretemporada, exhibiciones para turistas. La felicidad es esto y la desdicha lo otro. No hace falta tocar madera ni gastarse 180 millones de euros. El equipo lo tiene todo, empezando por un entrenador que es el zapato de Cenicienta. El resto fluye.

Funciona con WordPress & Tema de Anders Norén