Recuerdos de Honolulu, donde quiera que esté.

El Real Madrid prosigue la luna de miel. Da igual si sus noches son en Cardiff o Skopje. Cualquier lugar parece Honolulu, suponiendo que allí se sirvan los mejores atardeceres y los más sobresalientes cócteles con sombrilla, que está por ver. El Real Madrid es feliz y hay que pensar que algunos madridistas lo desconocen, no hay más que observar cómo se inquietaron por unos partiditos de pretemporada, exhibiciones para turistas. La felicidad es esto y la desdicha lo otro. No hace falta tocar madera ni gastarse 180 millones de euros. El equipo lo tiene todo, empezando por un entrenador que es el zapato de Cenicienta. El resto fluye.

Mientras el Manchester se negaba a reconocer su inferioridad (noble gesto), pensaba yo en la fatalidad bien remunerada de Mourinho. Primero debió enfrentarse a un Barcelona engrasado con cabello de ángel y ahora debe medirse con un Real Madrid que sabe bailar con los ojos cerrados. En cada situación, los mejores equipos de Europa. Y para cada caso, la misma solución: vencer a través del físico, ser más fuerte, relegar lo exquisito, convertir el juego en resistencia y ganar en la última brazada.

Durante los primeros minutos dio la impresión de que Mourinho podría salirse con la suya. El Manchester defendía en corto y atacaba en largo. Diría que al Madrid no le sorprendió la densidad de tráfico, sino la aglomeración de camiones de 16 ruedas. Hasta que el equipo recordó que está construido de la misma materia. Niego rotundamente cualquier influencia benéfica de Mourinho sobre la historia del Real Madrid, pero reconozco una herencia de hierro en los músculos y en la mentalidad de los jugadores. Quien pasó por Mourinho ya no se asusta de nada, especialmente del propio Mourinho.

En cuanto el Madrid movió la pelota fue recuperando la memoria, no hay por qué temer. Nadie dispone de tantos recursos y, cuando los evidentes no están disponibles, siempre es posible echar mano del comodín del lateral, esta vez el diestro, o del pivote defensivo, capaz de pintar cuadros sin quitarse los guantes de boxeo. Entiendo el abatimiento de las víctimas que se quedan por el camino. Lo desesperante es que no hay cuerda para atarlos a todos.  

Tras el gol de Casemiro llegó el de Isco, nada mejor que una pared para tumbar un muro. Pareció fácil, pero fue una falsa impresión. El Manchester se redimió a fuerza de insistir y continuó aporreando la puerta hasta el último instante. Con eso le vale para consolarse hasta nueva orden.

Asistimos a un gran partido, pero no a un final glorioso. Y no hay inconveniente: debemos acostumbrarnos a que la felicidad no se acompaña siempre de un trío de violinistas húngaros. La felicidad es que no te duelan las muelas, y a partir de esa base se va construyendo lo demás: un par de Champions, una Liga para distraer y un par de guindas con forma de Supercopa. De momento.

3 comentarios en «Postales desde Honolulu»
  1. Yo era Mourinhista convencido porque en aquella época,con Guardiola enfrente,no veía otra forma de enfrentarnos a ellos que no fuera esa…Se dieron más palos de los recomendables y menos de los necesarios para derrotar a semejante equipo.

    Gracias a dios,hoy nos hemos librado de aquella condena.El Barça de Guardiola se autodestruyó como todos los grandes Barças de la historia y el Madrid recordó que con la pelota en los pies es más fácil ganar que con la pelota por el aire.

  2. Estimado Trueba:
    Tienes mas razón q un santo. A Mou siempre le gustaron los equipos forjados a base de hierro y musculo y el hecho de que jugadores como Mata no jugaran ni un solo minuto o sacase a su desatascador y jugador mas en forma (Rashford) mucho antes, así lo demuestran. A este no le gustan ni los violinistas hungaros…ni los bulgaros…ni de donde sea q provenga la clase y el buen gusto por el fútbol (entendí tu frase… pero la cogí prestada jajajaja)
    Y una ultima aclaración!! La felicidad no está en q no te duelan las muelas…la felicidad está en la Republica Dominicana…meciendose en una hamaca al rico sabor de un Brugal Añejo con jugo de naranja (sin azucares añadidos…q absorben el alcohol) y con la otra mano escribiendote, crack!!!!! Saludos!!

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