Barça y Real Madrid (o viceversa), durante un momento del partido.

 

Debes estar viejo, no tiene sentido enfadarse por una cosa así. Qué digo enfadarse, enfurecerse. Al fin y al cabo, los colores se distinguían si fruncías el ceño y prestabas algo de atención. Aunque pertenezcan a la misma familia en grado directo de parentesco, no es lo mismo el azul marino que el azul turquesa, ni siquiera admitiendo que el turquesa puede tornar en azul marinado por causa de la transpiración. Ese minúsculo detalle no justifica los espumarajos ni las imprecaciones. Además, hay que vender camisetas y los chinos se movilizarán en masa para comprar esta equipación (segunda, tercera o cuarta), con la ventaja de que si está agotada la del Real Madrid se llevarán la del Barcelona, tampoco hay que ser escrupuloso. No puedes permitir que una cuestión meramente cromática te arruine un partido que esperabas con ilusión. Es de todo punto absurdo que sólo hicieras un par de anotaciones con la excusa de que las tarjetas amarillas eran lo único que se distinguía.

Madura, ya no eres un niño. Y no quieras tener razón siempre. Piqué no marcó en propia puerta porque todos vistieran de azul, sino porque el pase que debía cortar era venenoso. Es falso, y lo sabes, que Marcelo confundiera a Piqué con Benzema, hasta el más miope de los topos se daría cuenta de que el corte de pelo de ambos es completamente distinto.

Confiesa que gozaste con las arrancadas de Isco y de Messi; niega, si te atreves, que no te impresionó el rendimiento de los centrales de cada bando, los fogonazos de la segunda parte, el desmadre general. Promete que no te indignó el chapuzón de Luis Suárez y que no te rendiste al gol de Cristiano o a sus abdominales. Háblame del árbitro, de la expulsión, de su absoluta incapacidad para distinguir un forcejeo de un fingimiento, de los ladridos de los perros que tienen miedo. Jura que Asensio no es especial, quítame de la cabeza que no es el mejor después de los dos mejores.

Deja de decir, por favor, que viste una película de pitufos y que ojalá comience pronto la Supercopa. Ya no tiene gracia, no insistas. Vete a dormir y acúnate con el disco que prefieras, me da igual, ese mismo, el que quieras, el de blues.

2 comentarios en «Concierto de blues»
  1. Sencillamente genial… un palo en toda regla y con mucho arte;

    Hoy leía la crónica del partido que no pude ver… hace tiempo que no lo hacía desde que te echaron, y en lugar de encontrar el tono neutral característic cuando no eres tú quien escribe, me pareció notar un burdo intento de imitar tu estilo.

    Si es así, es que tampoco lo hacías tan mal ¿no?…

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