
La gran Irene Paredes, de lo mejor de la Euro. Foto: SeFutbol.
Caer eliminado en los penaltis es un tipo de muerte gloriosa, especialmente cuando no hay nada que reprocharse. Perdimos como pudimos haber ganado. Prosigue el aprendizaje y la cicatriz servirá en otro momento como señal indicadora. Los colmillos se tuercen así y si algo necesitamos son ojos inyectados en sangre, afrentas que vengar. Tenemos un grupo de buenas futbolistas que ahora deben aprender a ser malvadas.