Por Pablo García, alumno del Master CID de la Universidad de Salamanca
Durante los días previos a la final, se decía que el fútbol le debía una al Atlético de Madrid. El balompié seguirá en deuda. Porque el Real Madrid, igual que Aragorn en el Retorno del Rey, dijo anoche: “Hoy no es ese día”.
Como en la epopeya de Tolkien, el equipo blanco tuvo su héroe en la criatura más inesperada. Borja mayoral fue el Frodo Bolsón de la escuadra merengue. El canterano con un cabezazo, que sonó a fado lisboeta en la pasarela de San Siro, pasó en el minuto 90 de telonero a estrella de rock. Un testarazo a la salida de un córner, servido en bandeja de plata por Modric, que sirve para entonar el undécimo bis europeo.
Futbolísticamente, el partido fue una distopía. El Atlético de Madrid, que llegó a Milán gracias a ese gusto casi morboso por el sufrimiento, fue el que jugó mejor. Los del Cholo, con la pelota en los pies fueron el mejor párrafo de García Márquez. Los de Zidane, parecían más un relato de Bukowski: con verrugas en el alma y de resaca.
El Madrid no salía de su asombro cuando veía que el Atlético jugaba igual que las estrellas de Hollywood en una súper-producción: siempre tenían a mano esa frase demoledora. Asumiendo el rol de club pequeño, los de Concha Espina aguardaban un milagro con resignación “cristiana”. Pero el portugués estuvo siempre bien vigilado por los gerifaltes del régimen cholista: Godín y Giménez.
Pero si hay algo que define la trayectoria de este Madrid en la Champions es ese empeño por llevar la contraria. Y por esas ganas de salirse de lo lógico, los blancos le quitaron incluso la razón a Joaquín Sabina, cuando cantaba eso de “al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”.
Y es que cuando los 22 protagonistas ya asumían la prórroga, Milán fue Lisboa. Luka Modric, desde la izquierda, fue el único que vio a Borja Mayoral. El de Parla ya nunca más será de la periferia de la capital de España. Desde ayer, el canterano del Madrid es de Gondor. Como Aragorn, porque anoche “no es ese día”. Anoche, el fútbol sigue en deuda con el Atlético. Anoche, el Real Madrid volvió a ser campeón de Europa. Por undécima vez.
